viernes, 30 de noviembre de 2012

Edinbugh

A veces me pregunto si creer en la suerte o no. Supongo que en definitiva todo se puede reducir estadísticamente a probabilidades, y que se considera suerte cuando dentro de las remotas probabilidades de que suceda un hecho, ocurre. Pero yo creo en algo así como un karma, una energía, pero que se basa en la disposición de uno a que le ocurran cosas buenas, como dicen en el libro el Secreto, lo importante es tener esa idea en la mente de uno. Sin llegar a ninguna conclusión con esto, lo que quería decir es que me considero una persona afortunada. Y lo entenderéis por lo que voy a contar: Después de toda una noche de domingo liada con un essay que tenía que hacer, a la mañana siguiente teníamos que coger el bus rumbo a Edinburgo a las 9. Decidimos que era más apropiado coger un taxi para llegar a Mánchester porque el bus pasa sin un horario definido. Al ir en el taxi y ver que tiraba por un camino que yo veía como un rodeo le pregunté al taxista que si iba a la estación de detrás de Piccadilly, "sí sí sí a St. Adrews" o algo así me dijo. Simplemente le dije "vale vale, no sé el nombre de la estación pero si es esa vale". De repente nos hayamos en otra estación, tras habernos comido todos los semáforos y tal. Eran ya las 9. Estrés. Preguntamos a un taxi que si nos podía llevar y nos dijo que era una tontería porque estaba a dos minutos. Corriendo hacia la otra estación, con la maleta, la almohada para las 6 horas de autobús, la comida... Irene por delante, y yo indicándole a mi madre el camino con un paraguas... Un show. Yo presa de la desesperación casi me echo a llorar en el trayecto, dinero a la basura, sin viaje, decepción... Llegamos a la estación a las y media o y cuarenta...y para nuestra sorpresa el autobús venía con retraso. Si eso no es suerte, que me diga alguien qué sí lo es. Al menos en el viaje pude dormir algo...
Pero mi maravilla cuando entrando en Edimburgo vemos un paisaje maravilloso, justa además atardeciendo (porque llegábamos sobre las 15:20 y ya se empieza a poner el sol...).
 Primero el castillo de Edinburgh, que se puede ver desde la mayor parte de la zona nueva. La ciudad se divide en una zona más alta, que es la antigua, con una arquitectura como medieval encantadora y que te envuelve en un ambiente pintoresco, y una zona más baja que es la zona nueva, con un estilo georgiano, con unas calles amplias y con muchos comercios.







Aquí el maravilloso castillo






Y llegamos al hostal, bastante acogedor y con una temperatura que daba gusto. Dimos una vuelta esa noche, vimos el Parlamento (demasiado moderno para mi gusto) y el Palacio de la Reina (pero oscuro y estaba cerrado...) pero el cansancio nos llevó pronto a la cama. A la mañana siguiente nos beneficiamos de un tour gratuito por las partes más importantes de "Old Town", contándonos muchas anécdotas sobre la historia de la ciudad. Muy interesantes además para nuestra carrera, sobre cómo eran los castigos, y la forma de vida en general. Nos contó los orígenes de Dr. jekyll y Mr. Hyde, y estuvimos en un cementerio, donde antiguamente robaban los cadáveres para venderlos a las facultades de medicina. Además, J. K. Rowling, escritora de Harry Potter, escribió su novela inspirándose en esa ciudad, y tenía vistas a ese mismo cementerio, de donde por cierto, sacó varios nombres (para empezas el de Potter y había una tumba a nombre de Tom Riddle). Hecho relevante para una gran fan como yo.

También estaba la típica historia de un perro fiel, al que le pusieron una tumba y una estatua en su honor. Bobby.
Y fuimos a comer a un típico Pub inglés, donde mi madre e Irene disfrutaron de un típico plato de aquí: Haggis que "Se trata de un plato muy condimentado con un intenso sabor, cuyos apetecibles ingredientes son hígado, corazón y pulmones de cordero, embutido en la piel formada por el estómago del mismo y cocido durante varias horas." Pero no era totalmente eso, si no pollo con salsa de Haggis, por si no les gustaba.

Por la noche nos unimos a un tour que supuestamente contaría historias de miedo y mitos. Pero fue un poco decepcionante, aunque gracias a ello conocimos más de la ciudad. Fuimos a otro cementerio, que podéis ver en las fotos (pierden calidad por ser de noche) y en una de ellas veréis como un castillo, la humilde morada del primer ministro.





El ambiente acompañaba bastante, una preciosa Luna llena, un frío que conforme subíamos se hacía más presente... Pero tuvimos mucha suerte con el tiempo, ninguna gota de de agua y unos cielos despejadísimos. Incluso me parecen bonitos los árboles sin hojas.












A la mañana siguiente una visita por "new Town" y a un museo, donde vimos a Dolly, el primer clon de un mamífero.













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